En un momento histórico para las relaciones internacionales y económicas, la 65° Reunión de la Cumbre del Mercosur, celebrada en Montevideo, Uruguay, marcó la firma del tan esperado Acuerdo de Libre Comercio entre Mercosur y la Unión Europea.
Este tratado, que se ha negociado durante 25 años, fue oficializado en presencia de los presidentes de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, junto con Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
Sin embargo, el camino hacia su implementación todavía no está despejado. Para que el acuerdo entre en vigor, debe ser aprobado por los congresos de los países miembros del Mercosur y por el Parlamento Europeo.
Esta etapa promete ser desafiante, especialmente debido a la resistencia de ciertos sectores europeos, como el agrícola, que consideran que el tratado genera una competencia desleal.
Países como Francia e Italia han expresado fuertes reservas, mientras que otros, como Portugal, Alemania y España, se muestran entusiastas con la iniciativa. “El acuerdo no se firmó ni ratificó. Acá no acaba la historia”, señalaron representantes del gobierno francés.
We have concluded the negotiations for the EU-Mercosur agreement.
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) December 6, 2024
It marks the beginning of a new story.
I now look forward to discussing it with EU countries.
This agreement will work for people and businesses.
More jobs. More choices. Shared prosperity. pic.twitter.com/4E9z1Ztamc
Un mercado de 700 millones de personas
El acuerdo busca integrar ambos mercados, eliminando gradualmente hasta el 90% de los aranceles en productos clave, simplificando trámites aduaneros y promoviendo el intercambio comercial. Esto representa una gran oportunidad para las economías del Mercosur, en particular para sectores como el agroindustrial, cárnico y pesquero, que podrían expandir su acceso a un mercado europeo de más de 450 millones de consumidores.
Actualmente, la Unión Europea importa productos agrícolas del Mercosur por un valor de 130.000 millones de euros anuales, lo que constituye apenas el 6% de las exportaciones del bloque sudamericano a Europa, dejando un amplio margen para el crecimiento.
Beneficios para Argentina
Para Argentina, este acuerdo representa una oportunidad estratégica para aumentar las exportaciones, atraer inversiones y dinamizar su economía. Los sectores agroindustriales podrían beneficiarse de mejores condiciones arancelarias y la reducción de barreras no arancelarias. Productos como carnes, frutas y derivados del campo tendrán un acceso preferencial al mercado europeo, aumentando la competitividad nacional.
Detalles del tratado
A continuación, algunos puntos destacados sobre los productos que se beneficiarán del acuerdo:
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Eliminación inmediata de aranceles:
- Productos como harina de soja, porotos de soja, aceites industriales, menudencias y despojos bovinos, porcinos y ovinos.
- Frutas como manzanas, peras, duraznos, cerezas y ciruelas.
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Reducción progresiva de aranceles:
- Productos pesqueros como langostinos y conservas, frutas cítricas (limones, naranjas, mandarinas), arándanos, frutillas, y alimentos procesados como helados, mermeladas y vinos.
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Cuotas de exportación con beneficios:
- Miel: 45.000 toneladas con arancel 0%.
- Azúcar: 180.000 toneladas con arancel 0%.
- Carne bovina: Nuevas cuotas que incluyen 99.000 toneladas con aranceles reducidos.
- Bioetanol: 450.000 toneladas más 200.000 adicionales en cinco años.
Que podemos esperar a futuro
Aunque este tratado representa una gran oportunidad económica, su implementación no está exenta de desafíos. Los intereses divergentes entre los miembros de la UE y los países del Mercosur pueden retrasar o incluso amenazar la ratificación del acuerdo. Sin embargo, si se supera esta etapa, ambos bloques podrían experimentar un crecimiento sin precedentes en sus relaciones comerciales.
El Acuerdo Mercosur-UE tiene el potencial de marcar un nuevo capítulo en la integración económica global, conectando dos mercados dinámicos y fortaleciendo los lazos entre Sudamérica y Europa.
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