Un año de transformación: Las reformas del Gobierno de Javier Milei en Comercio Exterior

El primer año de la gestión del presidente Javier Milei ha estado marcado por un ambicioso plan de reformas destinadas a transformar el comercio exterior en Argentina para siempre



En un contexto de años de trabas burocráticas y restricciones arbitrarias que complicaban tanto las importaciones como las exportaciones, el nuevo gobierno emprendió un camino hacia la desregulación, la transparencia y la simplificación administrativa. El objetivo principal ha sido normalizar las operaciones y devolverle competitividad al sector, en línea con un modelo de economía más abierta e integrada al comercio global. Así lo transmitió el secretario de Comercio Exterior, Esteban Marzorati en su cuenta de X.


Simplificación de las Importaciones: Eliminación de barreras administrativas


Desde los primeros meses, una de las reformas más destacadas fue la eliminación de las Licencias de Importación (SIRAs), que habían sido un obstáculo recurrente para los importadores debido a su carácter discrecional y poco previsible. En su lugar, se implementó el SEDI, un sistema más ágil que elimina la intervención directa de la Secretaría de Comercio. 


Esta medida fue acompañada por la eliminación del requisito del CEF (Capacidad Económica Financiera), un cálculo arbitrario que limitaba las operaciones al imponer un techo financiero a los importadores. Ahora, las empresas pueden determinar su capacidad operativa sin restricciones impuestas desde el Estado.



Soluciones para la deuda comercial


El gobierno también abordó uno de los problemas más urgentes del comercio exterior: el manejo de la deuda acumulada con proveedores internacionales. Para ello, se creó el Padrón de Deuda Comercial, que permitió identificar la magnitud del problema, con una deuda neta de USD 42.500 millones. Además, se lanzó el BOPREAL, un bono que facilitó la cancelación de compromisos pasados, otorgando a las empresas una herramienta concreta para regularizar su situación financiera con el exterior. Este esquema fue particularmente beneficioso para las PYMES, que además recibieron un alivio inmediato con la habilitación de USD 1.200 millones para saldar deudas menores a USD 500.000, beneficiando a más de 10.000 empresas.



Un nuevo esquema para el flujo de pagos


En paralelo, se estableció un esquema claro y cumplible para el flujo de pagos de importaciones. Ahora, todas las empresas pueden pagar sus importaciones de bienes y servicios en un plazo de 30 días, eliminando las demoras que antes generaban incertidumbre tanto para los operadores locales como para los proveedores internacionales. Además, se habilitó el pago anticipado para bienes de capital y otros productos mediante el uso de dólares propios, lo que contribuyó a una mayor flexibilidad en las operaciones.



Reducción de impuestos y aranceles


Las políticas fiscales también se alinearon con este objetivo de simplificación y alivio para los operadores. Durante 2024, se eximió del IVA y del Impuesto a las Ganancias a alimentos, medicamentos y productos de higiene personal, así como a insumos industriales utilizados por las PYMES. Además, se redujeron los aranceles en más de 100 posiciones arancelarias, incluyendo insumos plásticos, maquinaria, electrodomésticos y vehículos, lo que redujo significativamente los costos de producción y aumentó la competitividad del sector industrial.



Digitalización y eliminación de trámites 


El gobierno también impulsó una reforma integral en la administración de los trámites relacionados con el comercio exterior. Se eliminaron procesos engorrosos como el RUMP (Registro Único de la Matriz Productiva), la DJCP (Declaración Jurada de Composición de Producto) y el control aduanero previo del etiquetado textil y de calzado, que ahora se realiza de manera posterior a la importación. Por otro lado, se relanzó la Ventanilla Única de Comercio Exterior (VUCE), dotándola de una plataforma digital modernizada que permite a los operadores gestionar sus trámites de forma virtual y en menor tiempo.



Impulso a las Exportaciones


En el ámbito exportador, las medidas fueron igualmente significativas. Se redujeron los derechos de exportación sobre productos cárnicos y avícolas, fomentando la competitividad de estos sectores en los mercados internacionales. Asimismo, se duplicó el monto permitido para cobros en dólares en cuentas locales por exportación de servicios, pasando de USD 12.000 a USD 24.000, incentivando la actividad de los profesionales y empresas vinculadas a este sector estratégico.



Eliminación de controles y costos Innecesarios


Otra medida clave fue la eliminación de controles y costos innecesarios, como los valores criterio y de referencia, que obligaban a los importadores a garantizar diferencias mediante pólizas y encarecían las operaciones. También se eliminó la figura de los veedores aduaneros, que solían demorar y encarecer los procesos de verificación física de mercaderías.



Facilidades para pequeños operadores


Por último, en el marco de la simplificación para pequeños operadores, se incrementó el límite de uso comercial para envíos courier, pasando de USD 1.000 a USD 3.000, y se eximió del pago de aranceles y tasas estadísticas para los primeros USD 400 de cada envío personal. Esto no solo facilita las importaciones para emprendedores y pequeñas empresas, sino que también dinamiza el comercio electrónico.



Un balance positivo para la gestión


En conjunto, estas reformas han cambiado drásticamente el panorama del comercio exterior en Argentina. La eliminación de trabas burocráticas, la previsibilidad normativa y la reducción de costos han sido pilares de esta transformación, generando un entorno más dinámico y competitivo. 


Con estas medidas, el gobierno de Javier Milei busca posicionar a Argentina como un actor relevante en el comercio global, marcando el inicio de un nuevo capítulo en la relación del país con los mercados internacionales.


Cierre de un gran año y el futuro del comercio exterior


El 2024 cierra con un balance sumamente positivo para el comercio exterior argentino, dejando un sector más dinámico, competitivo y con una notable reducción en las barreras administrativas e impositivas. Estas reformas han despertado esperanza entre los operadores y empresarios, quienes ven en estas medidas los primeros pasos hacia una verdadera apertura y modernización del comercio internacional.


Sin embargo, el trabajo no está terminado. El próximo año plantea grandes desafíos, como profundizar la integración con mercados internacionalesconsolidar los mecanismos de financiamiento para las empresas exportadoras y seguir avanzando en la digitalización y transparencia de los procesos aduaneros.


 Con el precedente de este primer año, las expectativas para 2025 son altas y el sector espera con optimismo nuevas iniciativas que potencien aún más la capacidad de Argentina para competir en el escenario global. Este año deja no solo reformas concretas, sino también una renovada confianza en el potencial del comercio exterior como motor de desarrollo económico.

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