En 2025 se conmemorarán seis décadas desde la llegada de los primeros inmigrantes coreanos a nuestro país, un hito que marca una relación bilateral robusta y duradera entre ambas naciones.
La economía surcoreana, a menudo poco mencionada, logró resurgir en solo 30 años tras las devastadoras secuelas de dos guerras. Este renacimiento se debió a una planificación económica meticulosa, un sistema educativo robusto, el esfuerzo conjunto de su población y el apoyo internacional, especialmente de Estados Unidos y Japón. Este enfoque permitió a Corea del Sur transformarse en una potencia industrial y tecnológica de renombre mundial.
Argentina y Corea del Sur han mantenido vínculos sólidos durante más de 60 años. El país asiático ha mostrado siempre su interés por estrechar relaciones comerciales con Argentina, particularmente en el área de productos agrícolas y ganaderos, mientras ofrece inversiones clave en infraestructura y desarrollo. A pesar de esta voluntad mutua, ha habido desafíos en el camino.
Durante el gobierno de Alberto Fernández, Argentina decidió retirarse de las negociaciones para un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y Corea del Sur, debido a las preocupaciones sobre los posibles impactos en la industria local.
Esta decisión también pone de manifiesto una mentalidad que ha caracterizado la historia comercial argentina, restringiendo la capacidad del país para capitalizar oportunidades de expansión en el comercio internacional. Este enfoque se basa en el temor a la posible destrucción de la industria local, lo que limita el desarrollo de estrategias más ambiciosas en el ámbito global.
A pesar de este retiro de las negociaciones mediante el Mercosur, la relación bilateral entre Argentina y Corea del Sur se mantiene activa. Ambos países buscan nuevas formas de colaboración para diversificar la economía argentina, buscando ir más allá de la agricultura e incluir productos de mayor valor agregado.
Con la llegada de Javier Milei al poder, la relación entre Argentina y Corea del Sur se encuentra en una nueva etapa. A pesar de las diferencias culturales y la distancia geográfica, ambos países han encontrado puntos de conexión que les permiten acercarse.
El actual embajador surcoreano en Argentina, Yongsoo Lee, destacó que "con el potencial de recursos de Argentina y las capacidades industriales de Corea, ambos países podrían convertirse en socios ideales". Esto subraya la voluntad de Corea del Sur de fortalecer su cooperación con Argentina, sobre todo en áreas clave como la inversión tecnológica y de infraestructura.
Un ejemplo reciente de esta colaboración es la siderúrgica coreana POSCO, que tiene un proyecto de explotación de litio en Salta y Catamarca. Para 2026, POSCO proyecta alcanzar una producción de 100.000 toneladas anuales de este recurso estratégico, con una inversión total de aproximadamente 4.000 millones de dólares.
Argentina cuenta con 300 establecimientos pesqueros habilitados y certificados para enviar sus cargas hacia Corea del Sur, y hasta la fecha se han exportado aproximadamente 27.600 toneladas de productos pesqueros en lo que va del año.
Sin embargo, es crucial que el país adopte una visión estratégica que maximice estas oportunidades, superando la mentalidad cortoplacista que históricamente ha limitado su potencial en el comercio internacional de bienes. La cooperación con el país asiático podría ser el catalizador para diversificar nuestra economía y posicionar a Argentina frente a sus competidores como Rusia y Vietnam, entre otros más grandes como lo son China y Estados Unidos.
El 17 de septiembre del corriente año, el ministro de Economía, Luis Caputo, junto a otros altos funcionarios, se reunió con el embajador y representantes de destacadas empresas surcoreanas, como Samsung, LG y POSCO. Durante la reunión, se discutieron los beneficios del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), diseñado para atraer proyectos de más de 200 millones de dólares a través de incentivos tributarios, aduaneros y cambiarios.
En este momento que la llegada de inversiones es algo crucial para la nueva administración, Corea del Sur es un socio estratégico para el país. En 2023, las exportaciones argentinas hacia ese país alcanzaron los 897 millones de dólares, un incremento del 20% respecto al año anterior. Los principales productos exportados incluyen forrajes, minerales, aceites vegetales y productos del mar como camarones y langostinos.
Una alianza a largo plazo representa una gran oportunidad para ambas naciones. Argentina tiene la posibilidad de ofrecer productos agrícolas de calidad y recursos estratégicos como el litio, mientras que Corea del Sur puede contribuir con su avanzada tecnología y experiencia en desarrollo industrial. En un contexto de creciente globalización, esta cooperación puede generar beneficios económicos mutuos y un crecimiento sostenido.
Argentina debe reflexionar sobre cómo diversificar su economía más allá de la producción agrícola y extractiva. Impulsar el desarrollo de productos de mayor valor agregado y fomentar la inversión en sectores estratégicos será clave para que la relación con Corea del Sur impulse un crecimiento económico a largo plazo y más equilibrado.
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