El acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) sigue generando controversia y expectativas a medida que las negociaciones avanzan. La reciente ronda de conversaciones, celebrada en Brasil, ha abordado temas clave como el medioambiente, las compras públicas y el creciente interés de China en el sector automotriz, especialmente en los autos eléctricos. Una cuestión controversial que ha puesto en alerta a la industria europea, que ahora busca acelerar el cierre del acuerdo.
La amenaza de los autos eléctricos chinos
Uno de los puntos críticos que preocupa a la UE es la competencia que representarán los autos eléctricos chinos en el Mercosur. Como mencionamos en una nota anterior, la Unión Europea ha incrementado los derechos aduaneros sobre las baterías para vehículos eléctricos provenientes de China, en un intento por proteger su industria. Sin embargo, la posibilidad de que los países del Mercosur comiencen a negociar tratados de libre comercio con China genera alarma en Europa, especialmente porque los productos chinos son altamente competitivos gracias a los subsidios estatales.
Los aranceles en la industria automotriz del Mercosur ya son elevados, y la perspectiva de una mayor presencia de autos eléctricos chinos podría afectar a los fabricantes europeos. Si China llegara a establecer acuerdos comerciales con los países del bloque, las automotrices europeas verían en peligro su participación en este creciente mercado.
El bloque agropecuario se moviliza
Otro de los grandes focos de tensión está en el sector agropecuario. El Foro Mercosur de la Carne y diversas asociaciones agropecuarias de los países miembros han levantado la voz contra lo que consideran medidas unilaterales impuestas por la UE. Entre las preocupaciones más importantes está el Reglamento 1115/23, que exige que los productos agropecuarios que ingresen a la Unión Europea provengan de "zonas libres de deforestación". Es decir, tierras que no hayan sido deforestadas luego del 31 de diciembre de 2020.
Esta normativa afecta directamente a los productores sudamericanos, especialmente a quienes se dedican a la soja, la ganadería y la industria maderera, sectores que generan importantes ingresos en la región. La declaración emitida por el sector agropecuario fue clara:
Instamos a nuestros gobiernos y a las autoridades máximas del Mercosur a que rechacen toda medida impuesta en forma unilateral, como el Reg.1115/23 de la UE, sin un debate sólido del tema. Los problemas globales deben resolverse en ámbitos multilaterales
Entre los firmantes se encuentran entidades influyentes como la Sociedad Rural Argentina (SRA), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y el Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas ABC. Este último, compuesto por 25 empresas que controlan el 85% de las exportaciones de carne argentina, juega un papel crucial en el comercio con la Unión Europea, gestionando las cuotas Hilton y 481.
La importancia de la ganadería en la balanza comercial
El bloque europeo importa aproximadamente 350 mil toneladas de carne roja, siendo Brasil, Argentina y Uruguay sus principales proveedores sudamericanos. En este contexto, sectores empresariales como Business Europe instan a acelerar y modernizar los acuerdos con el Mercosur, reconociendo el potencial económico de la región. El objetivo: asegurar que Sudamérica se convierta en un proveedor estratégico para la UE en tiempos de crecientes tensiones geopolíticas y una economía global fragmentada.
Las inquietudes europeas
En la región europea, algunos sectores se muestran reticentes ante las negociaciones técnicas. Los agricultores, comerciantes de aves de corral, fabricantes de azúcar y productores de diversas ramas de vegetales han expresado su preocupación por el posible impacto del acuerdo en sus mercados. A esto se suman otros desafíos recientes, como los efectos de la pandemia, la guerra en Ucrania y la implementación del Pacto Verde Europeo.
¿Qué gana Argentina con el acuerdo Mercosur-Unión Europea?
El acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea presenta una oportunidad significativa para Argentina en múltiples aspectos. El país podría beneficiarse tanto desde el punto de vista comercial como estratégico, especialmente en sectores clave como el agroindustrial, la automotriz y la tecnología.
Uno de los principales beneficios es la reducción de aranceles en productos industriales y agrícolas. Esto permitirá a Argentina mejorar su acceso a un mercado de más de 450 millones de consumidores, abriendo nuevas oportunidades para exportaciones de carne, soja, vinos y productos derivados. El acuerdo podría consolidar a Argentina como un proveedor destacado de alimentos y productos agrícolas, en un contexto donde la demanda de productos orgánicos y sustentables está en aumento, alineándose con las nuevas regulaciones ambientales europeas.
Por otro lado, el acuerdo también facilitaría la entrada de inversiones europeas en sectores como la tecnología y la infraestructura. Empresas europeas podrían verse atraídas por el potencial de crecimiento de la región, beneficiando no solo a las grandes corporaciones sino también a las pequeñas y medianas empresas que forman el motor económico del país.
Otro aspecto que no debe pasarse por alto es el acceso a tecnología avanzada y la posibilidad de fortalecer la cooperación en áreas de innovación y desarrollo, como la energía renovable y el medioambiente, ambos sectores en los que Europa ha tomado la delantera.
Desafíos que enfrenta Argentina dentro del Mercosur
A pesar de los beneficios potenciales, uno de los grandes desafíos es que Argentina deberá adaptarse a las exigencias ambientales de la Unión Europea, que incluye políticas estrictas como la producción en “zonas libres de deforestación” y la sostenibilidad en todos los niveles de la cadena productiva. Esto podría generar costos adicionales para los productores locales que no estén alineados con estas normativas, sobre todo en sectores agroindustriales que han sido tradicionalmente resistentes a cambios en sus métodos de producción.
Además, hay que tener en cuenta que el acuerdo puede afectar a sectores sensibles de la economía argentina, como el automotriz, debido a la competencia directa con productos chinos, especialmente en el mercado de autos eléctricos. Las preocupaciones europeas en torno a esta competencia también podrían tener repercusiones en las decisiones futuras sobre políticas comerciales, que podrían limitar el acceso de Argentina a algunos mercados clave.
¿Cuándo se cerrará el acuerdo?
Se espera que el acuerdo se cierre antes de fin de año. Sin embargo, Olof Gill, portavoz de la UE, ha señalado que las discusiones técnicas continúan, y el bloque europeo aún no está listo para firmar, priorizando la sostenibilidad y las sensibilidades de su sector agrícola.
A pesar de 2 décadas de negociaciones, el futuro del acuerdo sigue siendo incierto. Se estima que su impacto será profundo tanto en Sudamérica como en Europa, redefiniendo las relaciones comerciales y económicas entre ambos bloques.
1 Comentarios
Gracias Melani, muy aclarador tu post.
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