En un desarrollo trascendental para el comercio exterior de Argentina, el gobierno anunció la disolución de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y la creación de un nuevo organismo denominado ARCA (Agencia de Regulación y Control Aduanero).
Esta reestructuración fue presentada el día de ayer por el vocero presidencial, Manuel Adorni, quien expuso las reformas implementadas a través de la Resolución 5587/2024. Con estas medidas, se espera transformar de manera radical el panorama del comercio exterior en el país, aliviando la carga burocrática que históricamente ha limitado el crecimiento de las exportaciones e importaciones.
Derogación de los valores de referencia
Uno de los cambios más significativos es la derogación de la normativa que imponía "valores de referencia" para las exportaciones. Hasta ahora, existía una lista de productos que debían alcanzar un precio mínimo establecido por la AFIP para poder ser exportados. Es decir, si el precio declarado de la exportación era menor al valor de referencia, el exportador tenía que presentar una garantía por la diferencia”. Estos valores eran de carácter obligatorio y generaban importantes restricciones para los exportadores.
El ministro argumentó que esta regulación limitaba la rentabilidad de las empresas que buscaban colocar sus productos en mercados internacionales. “Cuando empezás a desarmar eso, podés comenzar a alivianar las estructuras”, manifestó Sturzenegger, enfatizando que la simplificación y la desregulación son fundamentales para combatir la corrupción y mejorar la eficiencia en el comercio exterior.
Nuevos controles Ex Post
La creación de ARCA (Agencia de Recaudación y Control Aduanero) también introduce un nuevo enfoque en los controles aduaneros. A partir de ahora, los controles se llevarán a cabo de manera ex post, lo que significa que se evaluará la correcta valuación de las mercaderías exportadas después de que hayan sido enviadas. “Esto asegura que los controles sigan vigentes de manera más eficiente”, subrayó el Ministro de Desregulación. Esta medida promete una gestión de exportación más ágil, donde las empresas podrán operar con mayor libertad y menor riesgo de sanciones por discrepancias en la valuación.
Sturzenegger explicó: “Otra cosa que sacamos, y que puso el kirchnerismo, es que cuando vos exportabas algo por $100, la aduana te decía que puede ser que valga $300. Te obligaba a comprar un seguro por el diferencial de posibles impuestos que había que pagar si costaba $300 en lugar de $100. Eso reducía la rentabilidad a los exportadores.”.
Eliminación del Canal Rojo Valor
Otro cambio significativo en la Resolución 5587/2024 es la eliminación de la obligatoriedad del Canal Rojo Valor para aquellos productos que se declaraban a un precio inferior al valor de referencia. Esta medida se enmarca dentro de un esfuerzo más amplio para simplificar los trámites aduaneros y facilitar el proceso de exportación. La eliminación de este canal, que tradicionalmente complicaba y demoraba la liberación de mercancías, se considera un avance importante hacia un sistema más ágil y menos restrictivo.
Supresión de veedores aduaneros sectoriales
Sturzenegger también se refirió a la eliminación de los veedores aduaneros sectoriales, un sistema que existía desde 1999 y que requería que, para importar ciertos productos, un representante de la industria correspondiente emitiera su opinión sobre la operación. “Si querías importar calzado, un veedor de la industria del calzado tenía que emitir su opinión; si querías importar caños para el sector petrolero, un representante de la siderurgia nacional tenía que dictaminar”, explicó el ministro.
Este sistema generaba demoras significativas en los trámites de importación, complicando el proceso de verificación y liberación de productos. Al eliminar este requisito, se va a lograr reducir los tiempos de verificación, facilitando así el ingreso de mercancías al país y mejorando la competitividad de las empresas argentinas en el mercado global.
Abolición de valores criterios y estampillado de productos
Otro cambio relevante es la supresión de los "valores criterios", que imponían a los importadores la obligación de presentar garantías cuando el valor declarado de la mercancía estaba por debajo de un mínimo establecido por la Aduana. Sturzenegger mencionó que “esto implicaba un 'sobrecosto' del 1% en la importación”, afectando a productos como hilados, tejidos, calzado, neumáticos, grifería, acero, productos plásticos y juguetes, entre otros.
Con la nueva normativa, las empresas solo deberán presentar garantías si la Aduana lo considera necesario por un riesgo fiscal. Esto significa que en la mayoría de los casos, las empresas no tendrán que presentar garantías financieras al momento de realizar el despacho de importación. Además, en caso de que se solicite alguna garantía, si después de 120 días del proceso de importación no se detecta ningún inconveniente, el monto será devuelto automáticamente a la empresa.
Implementación del sistema digital de identificación de productos (SiDIP)
Un cambio adicional significativo es la eliminación del estampillado de productos, que había estado en vigor desde 1987. Este proceso requería la colocación de una estampilla de la AFIP en productos importados para demostrar que se habían pagado los derechos de importación correspondientes. Este sistema será reemplazado por el "Sistema Digital de Identificación de Productos" (SiDIP), que permitirá identificar electrónicamente las mercancías importadas. Para productos como teléfonos celulares, la identificación se realizará obligatoriamente mediante el Código IMEI (International Mobile Equipment Identity), asegurando así un control más efectivo sobre estos productos.
Beneficios para las Pequeñas y Medianas Empresas
Las reformas implementadas están diseñadas principalmente para beneficiar a las pequeñas y medianas empresas (PyMEs), que a menudo son las más afectadas por la burocracia y los costos adicionales en el comercio internacional. “Se evita de forma directa que estas incurran en sobrecostos y desembolsos de dinero que dificultan sus operaciones”, indicó el economista. Al reducir la carga financiera y simplificar los procesos, el gobierno espera fomentar un ambiente más competitivo y dinámico en el comercio exterior argentino.
Las reformas en el sistema aduanero argentino, a través de la creación de ARCA y la eliminación de regulaciones obsoletas, representan un cambio radical en la manera en que se gestionan las exportaciones e importaciones en el país. Estas medidas no solo buscan descomprimir la carga burocrática que ha limitado el comercio exterior, sino también crear un clima más favorable para el crecimiento de las empresas, especialmente las más pequeñas.
Con un enfoque renovado en la eficiencia y la transparencia, el gobierno argentino se propone establecer un nuevo estándar para el comercio exterior, mejorando así la competitividad y la sostenibilidad del sector en el contexto global. Las expectativas son altas, y el éxito de estas reformas dependerá de su implementación efectiva y de la capacidad del nuevo organismo ARCA para adaptarse a las demandas del comercio moderno.
Aunque la baja de retenciones y de la presión tributaria en general sigue siendo una promesa, este tipo de medidas que se están implementando ayudan a descomprimir la burocracia y la gestión de las empresas importadoras y exportadores del país que están buscando un respiro.
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